Un libro que deja huella imborrable en los lectores

Por Salvador López Arnal

Reseña de Una vida breve de Michèle Audin. Traducción de Pablo Moiño Sánchez. Cáceres, Periférica, 2020, 164 páginas.

Michèle Audin, Una vida breve. Traducción de Pablo Moiño Sánchez. Cáceres: Editorial Periférica, 2020.

Una cita de Albert Camus, de su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura de 10 de diciembre de 1957, abre Una vida breve: “[…] el papel del escritor no está exento de difíciles deberes. Por definición, no puede ponerse hoy al servicio de los que hacen la Historia; está al servicio de los que la sufren”. Entre esa humanidad sufriente, Maurice Audin, militante comunista y colaborador del FLN (Frente de Liberación Nacional de Argelia), matemático tunecino asesinado en 1957 por el Ejército francés en Argelia, y padre de la autora.

Michèle Audin (Argel, 1954), hija de Maurice Audin y autora de Una vida breve

Un apunte sobre ella, sobre Michèle Audin [MA]: Matemática, historiadora y novelista, MA es miembro del grupo de experimentación literaria OuLiPo y autora, entre otras publicaciones, de La señorita Haas. MA rechazó en 2008 la Legión de Honor francesa, después de la negativa del entonces presidente de la República, Nicolas Sarkozy, a aclarar la muerte de su padre. Más de sesenta años después de este crimen de Estado, en 2018, el Gobierno francés pidió finalmente perdón a la familia Audin.

Pero no es la detención, tortura y asesinato de Maurice Audin el tema de este libro, sino la reconstrucción, la minuciosa y detallada reconstrucción de su vida. MA lo expresa así: “En este libro se habla de una vida breve. No de la de un desconocido elegido al azar, por haber visto su foto o su sonrisa en un periódico viejo, sino de la mi padre, Maurice Audin.” Puede, señala MA, que nos hayamos topado con su nombre. No en mi caso. Puede que hayamos oído hablar de lo que se conoce como “el caso Audin”. Tampoco era mi caso. O puede que no, añade la autora. Mi caso hasta ahora, un desconocimiento que no me perdonaré nunca.

MA nos advierte desde el principio de estas páginas inolvidables: “Lo digo desde el principio: no es de ese caso de lo que quiero hablar aquí. Por lo demás, no veo qué podría añadir a una verdad también breve y brutal: en 1957 Maurice Audin tenía veinticinco años, fue arrestado durante la Batalla de Argel, fue torturado por el Ejército francés, fue asesinado, se organizó un simulacro de evasión, se hicieron desaparecer las huellas de su muerte, como determinó la investigación de Pierre Vidal-Naquet entre 1957 y 1958. Nada nuevo aprenderán aquí acerca de dicho caso. Ni el mártir, ni su muerte ni su desaparición son el tema de este libro”.

Todo lo contrario, añade MA: “de la vida, de su vida, de una vida cuyas huellas no han desaparecido por completo, pretendo hablarles aquí”. La narración de su vida incluye el momento de la detención.

Es justo un apunte sobre el gran helenista francés que tomo de la nota de las editoras: “Esta editorial [Les Éditions de Minuit], clandestina durante la ocupación nazi, sacó a la luz ese mismo año [1958] el libro fundamental sobre la desaparición, cuya repercusión podría compararse con el Yo acuso, de Émile Zola, sesenta años antes. El título era El caso Audin y su autor fue Pierre Vidal-Naquet (1930-2006), entonces un joven licenciado de estudios helenísticos, que se jugó su incipiente carrera al publicar esta investigación. Vidal-Naquet llegó a ser uno de los grandes helenistas franceses, pero también un intelectual comprometido, de una feroz y valiente independencia intelectual: fue un implacable combatiente del negacionismo de los crímenes nazis –superviviente del Holocausto, sus padres perecieron asesinados en Auschwitz–, pero no dudó en criticar al Estado de Israel.”

Michèle Audin ha estructurado su libro en los siguientes apartados: 1. Antes; 2. Béja, 14 de febrero de 1932; 3. Desplazamientos; 4. Argel; 5. 1957; 6. Después. Agradecimientos y fuentes. Claro y conciso, ni una palabra de más, una reconstrucción casi arqueológica de la vida de su padre y los orígenes de su familia.

Las editoras han añadido una nota (que no deben perderse, un excelente resumen de lo que conocemos de la tragedia y asesinato de Maurice Audin (págs. 161-164).

Son frecuentes, como no podía ser de otro modo, las referencias de MA a la historia de las matemáticas francesas y, concretamente, a las investigaciones, aportaciones y tesis de su padre asesinado. No son fáciles de seguir para el lector no matemático, pero en absoluto enturbian la lectura de este libro imprescindible.

Déjenme que rinda homenaje a uno de los matemático citados, relacionado con Maurice Audin y Alexander Grothendiek: Laurent Schwartz (1915-2002), un gran matemático anticolonialista, el autor de la “teoría de distribuciones” (funciones generalizables), que recibió la medalla Fields en 1951. (El profesor Manuel Monleón Pradas me ha recordado el moto con el que Schwartz abría su Curso de análisis: “No hay matemáticas sin lágrimas”. También, y en paralelo, el fragmento de una carta de Marx a Maurice La Châtre (18 de marzo de 1872): “No hay un camino real hacia la ciencia, y solo quienes no temen cansarse subiendo sus empinados senderos tienen la oportunidad de alcanzar sus luminosas cumbres”.).

En la contraportada del libro se habla de la prosa inconfundible de la autora, “que aúna la precisión de la matemática y la especulación poética”, y se añade: “Una vida breve es más que un ejercicio de ‘literatura de los hijos’.. Cumple un deseo esencial de la gran literatura: narrar esas vidas concretas que, a veces involuntariamente, tienen la capacidad de condensar la Historia”. De acuerdo.

Una sugerencia: les dejo dos enlaces sobre la autora –https://micheleaudin.com/, https://macommunedeparis.com/– que con toda seguridad serán de su interés.

Salvador López Arnal

Els estius colomencs a l’obra de Josep Maria de Sagarra

Per Agustina Rico

Josep Maria de Sagarra (Barcelona, 1884-1961)

Josep Maria de Sagarra (Barcelona, 1894-1961), poeta, dramaturg, novel·lista, periodista, memorialista i traductor (a més de la Divina Comèdia i d’altres grans clàssics, va traduir al català vint-i-vuit obres de Shakespeare), sempre va voler reconèixer els seus vincles familiars i personals amb la ciutat de Santa Coloma, i així ho escriu a les seves Memòries: “La meva infantesa hauria estat una manifestació ofegada, mutilada i raquítica, sense la gran contrapartida rural de la nostra finca de Santa Coloma de Gramenet, durant els tres mesos d’estiu”.

Ara, a “Els estius colomencs a l’ obra de Josep Maria de Sagarra”, publicat fa poc a Infograma, la professora Agustina Rico —autora de l’obra Itinerari Sagarra a Santa Coloma de Gramenet, i a qui agraïm la seva autorització per reproduir el seu article al nostre blog, ens recorda l’origen d’aquests vincles entre l’escriptor i la nostra Ciutat.

La Torre Balldovina, antiga residència de la família Sagarra a Santa Coloma de Gramenet

“Quan anàvem cap a Figueres o cap a la costa i es veia Santa Coloma de lluny, sempre hi mirava amb tristesa. No hi va voler tornar mai més, tot i que en Corominas (darrer propietari de la torre Balldovina) el va convidar a dinar en diverses ocasions, perquè li feia molta llàstima”. Mercè Devesa, vídua de Josep Maria de Sagarra, resumia en una entrevista amb aquestes paraules la profunda tristesa que va causar en el poeta la pèrdua del que havia estat el paradís de la seva infantesa i de la seva adolescència.

El nen Josep Maria de Sagarra segons un dibuix del seu professor J. del Pozo
(del llibre d’Agustina Rico ¨La Família Sagarra a Santa Coloma¨)

El propi Josep Maria de Sagarra diu a les seves Memòries: “El que ha canviat és tot el paisatge i el clima d’aquells llocs. Perquè l’immens regadiu que va ser del meu pare avui dia està urbanitzat completament.” “La Santa Coloma que jo he conegut era un poble típicament agrícola, com tants del Vallès, però a quatre passes de Barcelona.

Avui dia amb penes i treballs es pot descobrir la reminiscència de les moltes gràcies que tenia a començament d’aquest segle.”

Carro de cavalls vora el riu Besòs. Foto: Brangulí/ MTB-AI

Els estius a Can Sagarra

El seu avi Ramon, que havia quedat vidu, pare de l’historiador Ferran de Sagarra, havia arribat amb els seus fills a la finca de Santa Coloma, on mai no havien estat, fugint del tifus que assotà Barcelona l’any 1865. Era una de les propietats que havien arribat a la família a través de la riquíssima pubilla Eulàlia de Llinàs, casada el segle XVIII amb don Benet de Sagarra.

“La Santa Coloma que jo he conegut era un poble típicament agrìcola”

Diuen que els aires del Besòs, més sans que la humitat de la costa, els van salvar. L’epidèmia, intensa i curta, va remetre, però van decidir no tornar a la torre de Sarrià, on solien passar l’estiu.

Des de llavors fins a la venda del patrimoni colomenc cap a 1920, tres generacions de la família Sagarra van passar a Santa Coloma els llargs estius amb un estil de vida força aïllat i autosuficient, sense les rutines socials de Barcelona.

Per als menuts eren uns mesos de collites, veremes, excursions a la vora del riu, contacte amb la gent de pagès i amb els animals i una llibertat que equilibrava la resta de l’any, que transcorria entre l’escola i l’immens casalot on vivien al carrer de Mercaders, prop del mercat de Santa Caterina, en l’estretor de la Barcelona medieval.

Santa Coloma : “Una pedrera moral i poètica”

“La meva infantesa hauria estat una manifestació ofegada, mutilada i raquítica, sense la gran contrapartida rural de la nostra finca de Santa Coloma de Gramenet, durant els tres mesos d’estiu.”

Així comença el capítol IV de la segona part de les Memòries (1954) de Josep Maria de Sagarra. Hi descriu la casa, ampliada pel seu pare amb la part moderna d’obra vista, el jardí, les dependències del gran mas que també era la torre, les terres, les persones de l’entorn i la vida que s’hi feia. I analitza la petja que tot plegat havia de deixar en la seva manera de ser i en la seva obra: “Aquell petit món, vegetal, animal i humà […] voltat dels conreus, i dels canyars i les salzeredes que guanyaven espai a la sorra del Besòs, fou durant anys la pedrera moral i poètica d’on jo vaig extreure materials per a construir personalíssims castells imaginatius, en les hores de la infància i de l’adolescència.”

Allà van viure moltes coses, algunes de divertides com la reeducació, a càrrec d’una tieta molt devota, d’un lloro malparlat i renegaire que va aparèixer al jardí rondant les gàbies dels ocells de la senyora Filomena -esposa de Ferran de Sagarra- , segurament escapat d’una gàbia o d’una perxa.

Tres generacions de la família Sagarra van passar a Santa Coloma els llargs estius

Van tenir experiències intenses com assistir als parts dels animals i compartir alguns àpats amb els jornalers, no tan estrictes com els pares en passar el porró, i d’altres de cruels com la cacera d’ocells per dur-los a embalsamar i ampliar-ne la col·lecció.

També la mort va ser una intrusa inesperada un dia d’octubre de 1908, quan ja havia començat el curs. Els nois eren alumnes dels Jesuïtes del carrer Casp i hi anaven amb tartana fins a Sant Adrià i allà agafaven el tramvia fins a Urquinaona. Molts anys, si el temps era bo, allargaven l’estada més enllà de les veremes. Una urpada fulminant s’emportà la mare, que va ser enterrada a Santa Coloma, al cementiri vell —actualment hi ha els Jardins Ernest Lluch, on es conserva l’antic panteó dels Sagarra— i les germanes Dominiques van quedar encarregades de tenir cura de la tomba.

De tota l’extensa obra de l’escriptor Josep Maria de Sagarra, és a les seves Memòries on fa una referència directa a Santa Coloma, concretant-la en la finca i la torre i en els personatges colomencs de l’entorn dels Sagarra, entre els quals destaquen el masover Llorenç Serra, alcalde de Santa Coloma i pagès; en Peret d’en Bachs, guarda del vedat i guia en les sortides ornitològiques, i la Pepeta, dona de confiança, mare de Dídac Miejimolle —destacat reconstructor de peces ceràmiques del poblat Ibèric.

També la novel·la Vida privada —adaptada per a la televisió amb la direcció de Sílvia Munt— recull aspectes autobiogràfics com el declivi d’una família de la petita aristocràcia rural mostrat amb una gran cruesa.

A les Memòries, Josep Maria de Sagarra diu: “Santa Coloma era aleshores un lloc de primera per a un ornitòleg”

A les Memòries diu: “Santa Coloma era aleshores un lloc de primera per a un ornitòleg. La part de conreus, la de muntanya i la zona del Besòs, pròxima al mar, amb els aiguamolls, canyars i salzeredes, afavorien la presència de tota mena d’espècies d’aus. A la tardor, i en apuntar l’hivern, l’emigració de les infinites menes d’ocells convertia aquells indrets en un paratge de trepidants sorpreses.”

Neix el dramaturg

Josep Maria de Sagarra ja era un poeta destacat, encara que jove, quan va iniciar-se com a dramaturg. Van ser els escriptors Pere Corominas i Ignasi Iglésias els impulsors del Sagarra autor teatral. Ignasi Iglésias, dramaturg de Sant Andreu de Palomar, autor d’obres amb una forta càrrega realista on mostra la duresa de la vida dels obrers de les fàbriques, el va esperonar dient-li que el seu vers era molt viu i teatral, i es va oferir a muntar-li l’obra, si l’escrivia. Josep Maria de Sagarra es considerava poeta però va entomar el repte i va posar-se a escriure una obra que transcorre a la comarca de Les Guilleries, la seva primera obra de teatre.

Anys més tard explica com va anar tot plegat: “Vaig tancar-me a Santa Coloma i escric de raig Rondalla d’esparvers. Són tres actes més aviat curts, d’una audàcia i d’una inconsciència absolutament puerils.

Al cap de quatre mesos s’estrenava al Romea.” I li va anar prou bé, el públic no va protestar, les crítiques no el van suspendre i va guanyar diners. Josep Maria de Sagarra tenia només vint-i-quatre anys. Més endavant vindrien els seus èxits esclatants: L’hostal de la Glòria i El cafè de la Marina. Va ser l’autor teatral català de més èxit després d’Àngel Guimerà.

En les dècades dels 20 i els 30, la temporada teatral començava amb una obra seva al teatre Romea.

Estrenar un Sagarra era un èxit segur.

Programa de El Cafè de la Marina al Centre Dramàtic de la Generalitat de Catalunya

Podeu llegir també: Agustina Rico, La Família Sagarra a Santa Coloma. Quaderns Santa Coloma i la seva gent, núm. 3. Centre de Normalització Lingüística L’Heura. Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet i Generalitat de Catalunya, 1986.